1.Contexto histórico
Tras la Segunda Guerra Mundial y los horrores del Holocausto, las sociedades occidentales reflexionaron sobre la barbarie y propusieron formas de convivencia más democráticas (Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948).
Al mismo tiempo, en dichas sociedades se abre un largo período de bienestar económico y crecimiento del consumo en paralelo a un desarrollo tecnológico sin precedentes. Los nuevos medios de comunicación y de transporte incrementan la interrelación mundial en un imparable fenómeno de globalización.
2. Contexto filosófico
La reflexión filosófica actual, continuación de la del siglo XX, discurre sobre las siguientes perspectivas:
*El lenguaje como mediación ética y política. En nuestro siglo se generaliza lo que se llamó el giro lingüístico de la filosofía: el lenguaje no es un instrumento indiferente, sino mediación necesaria para comprender el mundo, conocernos mejor y establecer interacciones pacíficas en la convivencia ética, social y política, Por eso, el diálogo y la comunicación argumentada son centros de interés de las filosofías actuales, afrontando la heterogeneidad de matices culturales que se entrelazan en las sociedades avanzadas.
*La reflexión sobre la tecnología y la sociedad de consumo. Desde la segunda mitad del siglo pasado, la tecnología y su aliada, la sociedad de consumo, generalizan el pragmatismo utilitarista, fomentando la dependencia psicológica de productos, artefactos y utensilios, Se aviva así el interés filosófico por salvaguardar la subjetividad y la capacidad de decisión personal.
*Prevención del individualismo y del particularismo. Hoy en día se ha generalizado el cultivo de la particularidad, la defensa del individualismo, del interés de cada uno, postergando atributos universales como la razón, la conciencia, la naturaleza o la verdad y negando el carácter absoluto de los valores morales, sociales, religiosos y espirituales. La filosofía ha sabido diagnosticar tal relativismo reivindicando la responsabilidad personal.
*Búsqueda de formas de vida y de comunicación más democráticas. Europa ha vivido situaciones de auténtica barbarie, hace poco más de 70 años, que llevaron a sacar conclusiones reflexivas más realistas. Después de Auschwitz, la sensibilidad filosófica, hasta nuestros días, debe ser realista y afrontar los problemas de la vida diaria, de los males y perversiones que anidan en nuestro mundo actual. Las diversas declaraciones de derechos humanos refuerzan la actual reflexión ética y política.
Estas convicciones se desarrollan en tres grandes orientaciones filosóficas, entre las que se encuentra la Escuela de Fráncfort, junto con el estructuralismo y la posmodernidad.
3.Origen y pensadores
El Instituto de Investigación Social fue una institución creada por la Universidad de Fráncfort en 1923 con el objetivo de llevar a cabo una crítica global de la sociedad contemporánea. En torno a él se aglutinó un conjunto de pensadores de distinta procedencia, pero con intereses comunes, que constituyeron la que luego pasará a llamarse Escuela de Fráncfort. Este movimiento filosófico recogió la herencia del pensamiento dialéctico de Hegel y Marx, pero también la influencia de otras tradiciones filosóficas, entre las que destacan Freud y la hermenéutica.
En el desarrollo de esta escuela se distinguen dos períodos: desde su fundación hasta los años 50, en el que sus principales representantes fueron M. Horkheimer, T. Adorno, H. Marcuse, E. Fromm y W. Benjamin, y desde los años cincuenta hasta la actualidad, donde destacan J. Habermas y K.O. Apel.
Aunque los intereses y planteamientos de los miembros de la escuela fueron bastante diversos, existen algunas características comunes.
*Realizaron una crítica de la sociedad contemporánea centrada en las contradicciones del capitalismo y en la alienación del individuo.
*Estuvieron de acuerdo en que la investigación social debe emplear el método dialéctico, aunque desprendido del dogmatismo hegeliano y de la pretensión de ofrecer una explicación completa de la realidad.
*Consideraron que la sociedad debía ser comprendida como un todo, un sistema dentro del cual deben interpretarse los fenómenos sociales, pero teniendo siempre en cuenta la perspectiva desde la que la investigación se lleva a cabo.
*Se opusieron a las tesis del positivismo y al neopositivismo, según la cual la ciencia positiva de la naturaleza constituye la modalidad exclusiva del saber riguroso de lo real.
En su primera etapa, se inspiraron en el concepto marxista de alienación. Esto les sirvió par articular una denuncia teórica de las doctrinas y praxis políticas del momento: nacionalsocialismo, fascismo, comunismo soviético, pero, sobre todo, del sistema social tecnocrático de la sociedad occidental capitalista.
Siendo casi todos judíos, se exiliaron a Estados Unidos a causa del nazismo. Algunos regresaron a Alemania, donde todavía hoy continúa el Instituto, que dirige Ferdinand Sutterlütty.
4.Concepto y objetivo de la teoría crítica
El propio nombre de teoría crítica sugiere ya el propósito de fondo de los diversos autores de esta escuela: proponer una teoría, esto es, un conocimiento fundado en métodos científicos comprobables que, al tiempo, se constituya en una crítica de las fuerzas que actúan en las sociedades, en general, reacias a la observación. El objetivo práctico de esta actitud es superar las injusticias sociales, y no solo las laborales o económicas, sino también las intelectuales y morales, que se producen por procedimientos con frecuencia aceptados como legítimos, pero que disfrazan intenciones y situaciones de dependencia: idearios políticos, ideologías, la propia racionalización de la ciencia y la técnica, etc.
Ideología, en el contexto de la teoría crítica, es toda teoría o conjunto de ideas encaminadas a enmascarar situaciones de dominio. Este concepto es herencia de Marx, quien entendía por ideología las teorías que ocultaban la alienación del asalariado. En este sentido, eran ideologías la filosofía, la religión, el arte, las teorías educativas y la cultura, en general, porque proponen ideales que impiden la superación de la situación alienada del trabajador.
Actualmente, el concepto de ideología tiene un sentido más amplio y expresa cualquier conjunto de ideas o idearios que proponen opiniones particulares o de grupo como si fuesen la única verdad. Pretenden movilizar la voluntad y la acción de quienes las profesan. En todos los ámbitos hay ideologías: estética, economía, deporte, etc. La filosofía implica actitudes contradictorias con la ideología: las filosofías son formas de razonar, contingentes en su modo de ver e interpretar las cosas, consciente de que la verdad es una búsqueda inacabada, respetuosas con las divergencias. Ninguna filosofía se presenta como “la única verdadera”. Pero una filosofía se convierte en ideología cuando pretende elevar sus opiniones a rango de verdades únicas y universales.
5.La razón dialéctica negativa
Toda actitud crítica excluye el conformismo y, por tanto, considera que lo que hay debe ser transformado mediante una aplicación dinámica de la razón. Eso expresa el concepto de razón dialéctica, según el cual la razón debe juzgar y valorar las cosas y los hechos no a partir de lo que son, sino apuntando hacia lo que pueden y deben ser, en una perspectiva de perfeccionamiento y totalidad.
Esta es una de las ideas fundamentales que la teoría crítica de Hegel: todo lo que se da (positivo) debe ser juzgado a la luz de lo que todavía no es (negativo), pero debe llegar a ser. Por tanto, todo tiene un horizonte de posibilidad al que debe tender: eso significa el concepto de racionalidad dialéctica negativa.
El concepto de razón dialéctica, propio de esta escuela, se enfrentó de forma polémica con el de razón analítica de Popper.
La razón analítica consiste en proponer el conocimiento científico como análisis de los hechos tal como se dan, atendiendo a la realidad en sí misma y a sus manifestaciones, sin complicar las cosas con juicios sobre la totalidad o sobre lo que pudieran ser y no son (negatividad)
Para Popper y los analíticos, no se trata de transformar el mundo, sino de ir dando soluciones parciales, a los problemas que van sobreviniendo a partir de los hechos y de las cosas tal como se nos presentan y los vamos conociendo por las ciencias.
6. Crítica de las ideologías
Supone la generalización del concepto de ideología, heredado de Marx, como sinónimo de todo aquello que impida a las personas tomar el control de la sociedad y de la historia.
Para oponerse críticamente a él, se deben analizar los factores sociales mediante una hermenéutica dialéctica (interpretación del tejido social), para hacer salir a la luz todo aquello que impida la libertad y la iniciativa de la ciudadanía. La teoría crítica, por tanto, quiere ser una praxis liberadora.
7. Crítica al fracaso del espíritu ilustrado
Kant sintetizó el espíritu de la Ilustración definiéndola como voluntad de “pensar por cuenta propia” con el fino de “hacernos dueños de nosotros mismos”. Pero esa invitación kantiana no se orientó históricamente a hacer seres humanos más libres, sino que cuajó como motivación para hacerlos más poderosos. Supuso “quitar el miedo a los hombres y convertirlos en amos” (Adorno). Se trastocó así el espíritu ilustrado, convirtiéndose en voluntad de poder y de patronazgo sobre el mundo.
Al privilegiar a la razón dominadora, el espíritu de la Ilustración condujo al enfrentamiento del hombre con la naturaleza, a la que se empeña en dominar mediante la ciencia y la técnica. Esa es la nueva barbarie que mueve la historia e impregna las sociedades de Occidente. Consecuencia de esta nueva barbarie es la pérdida del interés por acciones orientadas hacia valores éticos, políticos, estéticos, sentimentales, etc., que debieran ser buscados, aunque no reporten utilidad y dominio.
Por razones distintas, la crítica al espíritu ilustrado y a la razón es asunto unánime y recurrente en todos los autores de la Escuela de Fráncfort.
8.Crítica de la razón instrumental
El fracaso del espíritu ilustrado al fomentar la voluntad de dominio llevó a un concepto individualista de razón, según el cual todo cuanto no suponga éxito personal, cubra una necesidad o reporte un beneficio, no tiene realmente interés. En este contexto, ser racional equivale a adaptarse a la realidad, a plegar la razón a la experiencia, a las conveniencias, para obtener la mayor capacidad de dominio posible. Eso convirtió la razón axiológica y liberadora en razón instrumental para un mayor dominio de la naturaleza y de la sociedad.
Lo que equivale a ponerla al servicio de la tecnología, que es el más poderoso instrumento de dominio, en lugar de encaminarla al desarrollo racional de la historia.
9. Crítica de la despersonalización
En la “nueva barbarie”, incluso las preocupaciones científicas se han orientado al fomento de sistemas de vida impersonales, en los cuales la identidad personal tiene mucho que ver con su adscripción a órdenes de consumo: parece que “somos más y más importantes” si podemos tener un coche más lujoso y consumimos productos más caros. El sujeto, por tanto, es valorado por relaciones de función y consumo.
10. Carácter axiológico de los hechos sociales
La razón dialéctica entiende que los hechos sociales no son equiparables a los que estudia la razón analítica, que se ejerce como ciencia de los hechos sometidos a control, ajena a todo juicio de valor. Por el contrario, los hechos sociales no pueden ser desgajados de sus causas, de toda la carga de razones y motivos que intervinieron en su producción, ni tampoco de su propia teleología, esto es, de los objetivos a los que pueden conducir.
Esta orientación supone valorar, apreciar y criticar- no solo observar y analizar objetivamente- con el propósito de intervenir en las situaciones reales, e incluso revolucionarlas mediante la acción racional no violenta.
En campos tan esenciales como el político, el laboral, el comunicativo, el educativo, el económico, etc., no basta con diagnosticar lo que sucede, sino que es necesario ofrecer las soluciones más racionales para caminar hacia el objetivo de fondo: superar las situaciones de irracionalidad, injusticia y dependencia.
11. La teoría crítica de la sociedad
La teoría crítica de la sociedad comparte el ideal ilustrado, pero rechaza su realización histórica concreta. El ideal es la emancipación, “la liberación del hombre de su autoculpable minoría de edad”, según Kant. El medio para la emancipación es el uso autónomo de la razón. Sin embargo, en la sociedad contemporánea no existe un uso autónomo de la razón por parte de la mayoría de los seres humanos. Según Hokheimer y Adorno, la emancipación es ahora más acuciante como consecuencia de las nuevas esclavitudes a las que la humanidad está sometida. Tales esclavitudes derivan del desarrollo unilateral del progreso: la razón universalizada, difundida y extendida por todas partes ha sido exclusivamente la razón instrumental.
La razón instrumental es la razón técnica, que solo se ocupa del dominio de las cosas: se interesa por los medios para lograr un fon determinado, pero no por el valor del fin que se persiga.
Según estos autores, la razón instrumental se encuentra en el origen de la ciencia y de la técnica. Este tipo de razón sabe hallar los instrumentos más adecuados para obtener determinados objetivos, pero no es capaz de comprender los fines mismos que orientan la vida humana. En la sociedad tecnificada, las personas no son capaces de replantearse los fines que la técnica les impone; de ahí la nueva alienación del ser humano en un sistema que hace prevalecer determinados objetivos sin dejar espacio para el ejercicio libre del pensamiento.
La “tecnocracia” es la principal característica de la sociedad contemporánea dominada por la razón instrumental. El precio que se paga es la alienación del ser humano, concebida ahora como pérdida de autonomía moral. El sistema decide no solo lo que debe producirse o consumirse, sino incluso los valores, los conocimientos, los modelos de conducta, la opinión política, etc.
Bajo la apariencia de un mundo democrático se oculta la manipulación de las mentes y las voluntades. El sistema tecnocrático anónimo invade este mundo e impone creencias, estereotipos o producto culturales. Realmente, no son las personas quienes deciden el rumbo de la sociedad, sino los medios de comunicación en connivencia con los poderes fácticos y los grupos de presión.
El sistema se introduce en la investigación científica a través de la especialización y la fragmentación de las parcelas del saber. Así, nadie puede alterar la dinámica preestablecida, puesto que nadie en la sociedad tecnificada es capaz de acumular el conocimiento necesario para ello. La propia sociedad capitalista ha escapado al control humano y sigue las leyes autónomas de un sistema que se ha vuelto independiente de cualquier voluntad personal. Este sistema tecnocrático incluye dos subsistemas y en ambos acontece la alienación:
-El subsistema económico- capitalista, en el que la dinámica productiva crea artificialmente necesidades con objeto de ampliar el mercado.
-El subsistema administrativo- burocrático constituye una red indefinida de mediaciones a través de las que se fiscaliza la vida privada de la ciudadanía.
(Francisco Ríos Pedraza. Historia de la Filosofía 2 Bachillerato. Editorial Oxford. Madrid. 2023,AA.VV. Historia de la filosofía 2 bachillerato. Editorial SM. Madrid 2016)